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Medicina en Canarias en el siglo XIX

La Medicina en Canarias en el siglo XIX. Médicos canarios formados en Francia

Nicolás Chesa Ponce. Historia. 1 Edición. 2015. cartoné. 15x21 cm. 192 p. ISBN: 978-84-944069-0-4

El conocimiento de distintos aspectos de nuestra historia y de nuestras gentes está permanentemente enriqueciéndose gracias a la labor de distintos profesionales, de todas las ramas del saber, que por afición o por un ejercicio de autodidactismo se acercan a la historia para indagar en ella y dar cuenta a través de informes, capítulos y libros de distintos aconteceres en esta tierra nuestra. Indudablemente este cumulo de noticias va ayudando a eliminar bulos y controversias que nada tienen que ver con la realidad histórica. Por ello es para nosotros motivo de satisfacción presentar este opúsculo sobre la medicina y los médicos en Canarias en el siglo XIX, aunque se hacen algunas correrías hacia el siglo XX. Gracias al mismo los lectores puedan acercarse a toda la problemática que en el pasado pasaron nuestras gentes y al interés de muchas personas en formarse en el campo médico para ayudar a la colectividad.
Desde nuestro muy particular punto de vista, escribir el prólogo a este relato histórico-científico es para nosotros interesante, pues se cumplen en él dos elementos que consideramos imprescindibles: Gusto por el contenido de la obra y gusto por el autor, y ambos postulados se cumplen en este caso que nos ocupa. Porque deslindar la amistad y la profesionalidad en este caso, de la historia, es bastante complicado, por ello vamos a presentar la labor del autor en el campo médico al margen de la historia, para tratar de establecer la sinergia que existe entre ambos y a la vez darle credibilidad.
El autor, Nicolás Chesa Ponce, es un enamorado de su tierra y de sus gentes, pues no en vano es un consu-mado senderista que nos recrea distintos paisajes de Gran Canaria en su deambular por ella, y por otra es una enamorado de su profesión, razón por la cual desde hace ya algún tiempo se ha involucrado en rescatar una parcela de nuestra historia, relacionada con la medicina. En este caso la influencia de su abuelo, José Ponce Arias, ha pesado sobre su formación y su interés por conocer donde se formaron gran parte de los médicos que ejercieron en Canarias en una época determinada.
En su profesión se especializó en una de las ramas de la medicina asociada a la familia, la Urología, disciplina de la cual ha impartido docencia, ha ostentado la jefatura de servicio en el Hospital Insular y se ha doctorado, a la par que numerosas revistas científicas y distintos congresos se han hecho eco de sus trabajos en dicha especialidad. La especialidad elegida le ha permitido haberse destacado como Presidente del Congreso Nacional de Urología en 2003, como Miembro de la Asociación Española, Europea y Americana de urología, y como Académico Corres-pondiente de la Real Academia de Medicina de Tenerife.
Fruto de su interés por Canarias y por la Medicina es el trabajo que ahora nos presenta, en donde de una ma-nera sencilla y amena nos informa e introduce en el mundo de la Medicina a la vez que nos explica la situa-ción de los paliativos en Europa, España y Canarias en el siglo XIX, con sus luces y sus sombras.
En ese contexto de la salubridad canaria pone el acento sobre los galenos canarios que estudiaron en Francia, especialmente en París y en Montpellier, y las razones tanto científicas como económicas que decidieron a aquellos jóvenes canarios a alejarse de su terruño, en algunos casos hasta concluir los estudios.
En total nos recrea biográficamente a 41 canarios, de los cuales quince se doctoraron en la Facultad de Medicina de París y el resto en Montpellier. Del conjunto son mayoría los jóvenes nacidos en Gran Canaria, 23 del total, con un porcentaje más numeroso de la capital, seguidos por aquellos que vieron la luz en Telde, Arucas, Guía, Santa Brígida, Teror y Tejeda, pues de este último lugar era don José Zoilo Suárez Cárdenes. De ellos destacaríamos, aunque todos fueron unos verdaderos entusiastas de su profesión, a don Gregorio Chil y Naranjo, don Domingo Déniz Grek, don Bartolomé Apolinario y don José Ponce Arias.
De Tenerife eran seis, entre ellos los doctores Villalba, ambos hermanos, Miguel y Agustín, que en su mayoría se formaron y doctoraron en Montpellier, salvo don Bernardo Espinosa y Espinosa que se formó en París.
La Palma está representada por seis galenos, en su mayoría naturales de Santa Cruz de La Palma y uno de San Andrés y Sauces, el doctor José Gerardo Martín Herrera. Los palmeros, sin embargo, se decidieron por realizar sus estudios y doctorarse en la Facultad de Medicina de París, quizá por la influencia de algunos familiares y franceses radicados en la isla, como le sucedió al joven Leandro Delcourt Toledo que se doctoró en la capital del Sena en 1844.
De Lanzarote nos encontramos con dos médicos, uno de los cuales fue el médico personal de los coroneles en Fuerteventura, y la isla de El Hierro también con dos.
Pues bien el autor no solo se ha esforzado en cono-cer el origen de cada uno de estos médicos sino también por saber en qué universidad francesa se formaron, que especialidad eligieron y cuáles fueron los títulos de sus tesis doctorales, de algunas de las cuales se ha hecho incluso hasta con la portada, tal como se comprueba en el apéndice.
En el análisis que realiza sobre la biografía de estos médicos, previamente nos pone en atención sobre el estado de la sanidad en Canarias a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX, los lugares de asistencia, en las islas donde los había, y la organización existente en ellos, razón quizá por la cual la mayoría de los médicos biografiados en las siguientes paginas ejercieron en las islas, con mayor intensidad en la de procedencia, aunque cumplieron funciones en otras islas.
Al ir informándonos sobre el papel jugado por cada uno de los galenos, no solo se detiene en el hecho médico, sino que también nos da cuenta de otras peculiaridades de los personajes incluidas sus escarceos en la política, en uno momentos convulsos en la Historia de España y de Canarias, quizá por ello opta por agruparlos en función de sus dedicaciones.
Algunos a pesar de sus estudios y de la necesidad de los mismos en la sociedad de aquellos momentos tuvie-ron problemas por su afiliación política, otros destacan por sus especialidades, medicina y cirugía u otras especialidades. Los hubo que murieron en acto de servicio, afectados por las epidemias que asolaron las islas. En otros casos los agrupa por su filiación a un lugar determinado, como los tres médicos naturales de Arucas, o los naturales de La Palma que estudiaron en París, entre ellos padre e hijo, como fueron don Juan Antonio Pérez y Pino y su hijo Víctor Pérez González. Estos casos familiares se dieron en otros médicos naturales de las islas, como fueron los doctores Apolinario, padre e hijo, el primero fundador de la Casa Asilo de San José, en el puerto de La Luz. Destacan dos últimas pinceladas para aquellos jóvenes que tuvieron incursiones en la política, ocupando algunos la alcaldía de Las Palmas, y aquellos que se sintieron atraídos por un mismo problema médico, dedicando sus tesis al estudio del mismo. En este último caso se encuentran los doctores Blas Curbelo, Gregorio Chil y Naranjo y José Ponce Arias.
El texto culmina con una relación de los 41 médicos que estudiaron en Francia, divididos entre París y Montpellier, en donde se señala no solo el nombre, su lugar e isla de origen, la facultad donde estudiaron y el año que defendieron sus tesis en francés, y con un elenco bibliográfico de apoyo al trabajo. Por último figura como apéndice las cartelas de las tesis presentadas, hasta un total de veinte y nueve, siendo la más antigua la de Miguel Villalba, natural de La Orotava que la defendió en Montpellier en 1821.
Todos los aspectos señalados son los que el doctor Nicolás Chesa da a conocer, con un lenguaje que permite, de manera fácil, acercarnos al mundo de la medicina en nuestras islas en el siglo XIX, lo cual es de agradecer para tener más información sobre nuestro devenir en múltiples aspectos. Por todo ello damos las gracias al autor.

Índice de la obra:
Prólogo, 9
Introducción, 15
La medicina en Europa en el siglo XIX, 21
La universidad en Europa en el siglo XIX, 29
La universidad en España en el siglo XIX, 35
La sanidad en Canarias en el siglo XIX, 43
Hospitales en Canarias en el siglo XIX, 51
Situación sociodemográfica de Canarias en el XIX, 81
Natalidad y mortalidad, 81
Epidemias, 83
Hambrunas, 103
Emigración, 108
Analfabetismo, 115
Médicos canarios formados en Francia, 119
Conclusión, 169
Bibliografía, 171
Fuentes, 181
Índice onomástico, 183


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